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En el año 1986, la agrupación chilena de “rock en español” Los Prisioneros, lanzaron su álbum “Pateando Piedras” en donde la segunda pista es la canción titulada ¿Por qué no se van? En la cual, en una de sus estrofas cantan: “Si aquí no tienen los medios que reclamas / Si aquí tu genio y talento no da fama / Si tu apellido no es González ni Tapia” como una crítica a aquellos que por tener un apellido europeo se sentían superiores a sus connacionales chilenos de apellidos un poco más latinos como González y Tapia.

Un fenómeno similar, me atrevo a interpretar yo, es el que está sucediendo ahora en el mundo del emprendimiento, en donde se ha presentado una “explosión” de startups que, actuando en diversos sectores, contando con un modelo de negocio de base tecnológica, se apellidan como Tech. Vale la pena indicar que no lo hago de una forma peyorativa, ni mucho menos, de hecho, lo considero admirable.

Y es que la admiración no es para menos, o por lo menos en Colombia, ya que según datos del Colombia Tech Report 2021, en el país se logran mapear 26 sectores de la economía con apellido Tech con más de 1.100 empresas, concentradas en un 50% en los sectores de: 1) Fintech (soluciones tecnológicas aplicadas a los servicios financieros), 2) Martech (tecnología aplicada al mercado o publicidad, también se conoce como ADtech), 3) Deeptech (soluciones aplicadas a las TICs), 4) Retailtech (tecnología aplicada a las ventas minoristas), 5) Proptech (tecnología aplicada al sector de la construcción e inmobiliario) y 6) Edtech (soluciones tecnológicas aplicadas a la educación).

Tal parece que la dinámica de estas empresas de apellido Tech, apunta a una meta específica, y es la de convertirse en la próxima empresa unicornio (compañías que logran una valoración de más de mil millones de dólares). En esta carrera, en donde la startup colombiana Rappi lleva la delantera, se espera que el próximo unicornio sea la proptech La Haus o Habi, la Fintech ADDI, la edtech Platzi, entre algunas otras como la foodtech Frubana.

Es indiscutible el poder multiplicador en términos de beneficios que están trayendo consigo estas empresas de apellido Tech, solo en Colombia generan más de 25 mil puestos de trabajo formales, con todo lo que ello puede significar en la dinamización de la economía cotidiana; sin embargo, esta realidad supone unos retos que como sociedad debemos abordar, pero más importante, acordar que es prioritarios abordarlos.

Estos retos pasan especialmente por la educación que le estamos proporcionando a nuestro capital humano, lo hablo con conocimiento de causa ya que actualmente dos de mis estudiantes en Fundación Universitaria CEIPA se encuentran haciendo sus prácticas en empresas como Home Capital Colombia una proptech en crecimiento acelerado y HackU una edutech con una proyección inimaginable y que han tenido que enfrentarse a unas brechas de conocimiento en términos de lenguajes de programación y otras habilidades que desde hace ya rato se sabía serían determinantes en las empresas del futuro que ya llegó.

Nos urge, como sociedad, orientar la conversación que permita la revisión de los planes de estudio en nuestras escuelas y colegios, al modelo pedagógico que estas están adoptando y como desde estos lugares se siembran las semillas que permitan germinar empresas con apellidos tech que corran con todo el éxito en la carrera de la empresa unicornio.

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